Cada año, en tiempo de Cuaresma, los animadores del Centro Juvenil, dedicamos un fin de semana a realizar los Ejercicios Espirituales. Se trata de un fin de semana para revisar nuestras vidas, reponer fuerzas mentales y físicas para lo que queda de curso y dar un sentido a nuestra experiencia como animadores del Centro. El pasado fin de semana tuvimos estos Ejercicios Espirituales en Mataelpino, guiados por el salesiano Ramón Ariza, a quien agradecemos su presencia, su acogida, su disponibilidad y su carisma salesiano.

Pusimos rumbo a Mataelpino el viernes por la tarde, dejando nuestros quehaceres cotidianos y disfrutando, como siempre, del albergue de la Sierra de Madrid: contacto con la naturaleza, tiempo para convivir y desconectar… Así fueron las primeras horas, incluida la cena compartida entre todos. Por la noche, Ramón nos presentó, en la oración de Buenas Noches, la temática que nos iba a acompañar durante el fin de semana: la película ‘Hacia Rutas Salvajes’.

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Al día siguiente, comenzamos la reflexión haciendo revisión en nuestras vidas. Cada uno de nosotros tuvo que dibujar ‘la isla de nuestras vidas’, revisando aquellas cosas o personas que componen nuestro día a día. Fue un momento intenso y especial, tanto a la hora de pensarlo como a la hora de compartirlo. Un momento enriquecedor, útil y necesario para todos los presentes. El segundo momento de la mañana fue especial. Visionamos la primera parte de la película ‘Hacia Rutas Salvajes’, la cual nos invitaba a reflexionar sobre el camino de cada uno hacia la felicidad, las experiencias que nos han marcado y lo que esperamos de cara al futuro.

Tras la comida y un rato de descanso, vimos el final de la película. Gracias a ella, y sin hacer ‘spoiler’, aprendimos que la la felicidad solo es real si es compartida. La experiencia del protagonista nos dio una lección a todos sobre la clave para ser felices. Después de este momento llegó otro, también especial: la reconciliación. Además del sacramento, se nos propusieron varios gestos y textos para revisar aquellos aspectos de la vida en los que no estamos del todo acertados.

Después de la cena, la cual fue una rica barbacoa preparada por el equipo de intendencia, tuvimos la oración de la noche. En ella se nos invitó a escribir una carta a una persona hacia la que tuviésemos la necesidad de expresar algo. Al día siguiente, concluimos los Ejercicios haciendo revisión de lo vivido en estos dos días intensos. La celebración de la Eucaristía, junto a diferentes miembros de la Familia Salesiana como la Comunidad y los Cooperadores, nos sirvió para dar gracias a Dios por lo vivido.

Ahora toca lo más complicado, que es poner en práctica todo aquello que se nos ha pasado por la cabeza y por el corazón durante este fin de semana tan intenso. Es el momento de compartir la felicidad con los que tenemos alrededor, de superar nuestros miedos y de seguir caminando hacia rutas salvajes. De nuevo, gracias a Ramón por ofrecer su cercanía, sabiduría y acompañamiento al equipo de animadores, para que podamos continuar nuestra labor con toda la alegría, fe y felicidad posibles.