Cuando ahora queremos hacer una foto, sencillamente usamos nuestro móvil, siempre a mano, y realizamos una, dos…. cuarenta…, todas las fotos que queramos, con la mejor resolución inimaginable, con los más caprichosos efectos de imagen, y además una vez pulsado el “click”, ya podemos verla en pantalla, verla en el ordenador, imprimirla, retocarla, enviarla, subirla, tuitearla… cómo cambian los tiempos. Antes ahorrábamos para comprar un carrete, blanco y negro o color, de 24 ó 36 exposiciones, luego se llevaban a revelar, en unos días teníamos nuestros ejemplares en mano, en mate o en brillante, hasta entonces no conocíamos el resultado.
Pues bien, aunque parezca un salto en el tiempo, esta es la aventura en la que los niños y las profes de 4 años de infantil, nos hemos embarcado. El proyecto en el que estamos trabajando este trimestre se llama “los viajes”. A través de esta temática abordamos numerosos contenidos de aprendizaje. Uno de ellos, es la fotografía y la profesión de fotógrafo, por ello nos hemos acordado de Fermín, el fotógrafo de toda la vida de nuestro barrio. Fermín tenía su tienda-laboratorio en el mercado de Doña Carlota y muchas veces se ofreció para participar con nosotros en iniciativas educativas, incluso nos regaló una colección de viejas (“viejas” no… “antiguas…) cámaras, cuando terminó su negocio. ¡Cuánta historia habrán registrado esas máquinas de foto!, ¡Cuántos acontecimientos… cuántos momentos…! ¡Ay! si esos objetivos u obturadores pudiesen hablar. Los objetivos de las cámaras no, pero Fermín sí que habla. Y mucho, y bien.
Fue un honor contar con él la tarde del pasado viernes, habló a los niños de infantil de 4 años, los embelesó con sus historias, los cautivó con sus originales máquinas, y los hizo soñar con su experiencia, su simpatía y cariño. Fermín: ¡Gracias!, te has salido de los libros, los niños han encontrado en ti, a un fotógrafo de los de verdad, se podrán olvidar de muchas cosas pero seguro que de lo que no se olvidarán jamás, será de esa tarde en la que les hiciste viajar con la imaginación al maravilloso mundo de la fotografía, La imagen de la vida misma queda plasmada en la película, como la que has dejado tú, impresa en nuestro recuerdo y sobre todo en el corazón.
Ya podemos buscar en el cajón de los recuerdos, ya podemos encontrar las viejas fotos de antes.
¡¡ cómo hemos cambiado!!.