EL MILAGRO DE LAS CASTAÑAS.
¡Qué gran jornada vivimos el 31 de octubre recordando a Don Bosco y su santidad!
Corría el año 1849 cuando Don Bosco junto a sus muchachos, después de rezar por el alma de los difuntos, volvían del cementerio a tomar las castañas que Don Bosco les había prometido. Entonces se produjo el milagro en el que sin apenas castañas para uno pocos, Don Bosco consiguió que todos tuvieran su ración. Fue por entonces cuando comenzó a comentarse la santidad de aquel sacerdote, que se ocupaba de procurar tanto las necesidades espirituales como terrenales de aquellos muchachos desamparados por la sociedad de la época.
Nosotros, en recuerdo de este hecho prodigioso, tuvimos nuestra celebración del milagro de las castañas. Imaginaos todo lo que significa para nosotros seguir con las tradiciones de Don Bosco, que tanto sentido tuvieron entonces y siguen teniendo ahora
Rememoramos ese gran acontecimiento con una tarde llena de diversión. En un primer momento nos quedamos en clase para visionar un vídeo explicativo de las dos grandes fechas para la familia cristiana, el día de todos los santos y el día de los fieles difuntos, situando en estas fechas cuando Don Bosco realizó este gran milagro.
Cuando terminamos de ver el vídeo, hicimos una pequeña manualidad en la que teníamos que poner todos nuestros sentidos para poder realizarla. Era un ¡comecocos con Don Bosco!
Por último, no podía faltar para poner el broche final a nuestra tarde, el compartir con todos los compañeros unas castañas que nos hicieron sentir un poco más cerca a Don Bosco. Bajamos todos los chicos y chicas de primaria al patio, donde entre risas y cantos disfrutamos de unas castañas asadas que nos tenían preparadas. Podemos decir que, cada año se produce el milagro de sentirnos privilegiados de tener a Don Bosco como guía que nos indica como en los pequeños detalles se recogen las enseñanzas para lograr un mundo mejor.