Éxito rotundo y satisfacción máxima. Esos son los sentimientos que rondan por nuestras cabezas tras lo vivido estos tres días en Salamanca y Ávila. El Centro Juvenil al completo hemos podido disfrutar de una experiencia maravillosa y de un magnífico ambiente entre chicos y chicas de todas la secciones (Chiqui, Preas y Ados y Jóvenes), animadores y equipo de intendencia. El primer viaje de la historia de Citycentro ha sido un auténtico éxito.

Ya desde el primer momento se intuía que algo grande estaba por venir. El trabajo realizado durante los meses previos (autorizaciones, informaciones, reuniones, llamadas, papeleos, preparación de actividades…) se ha visto recompensado con una enorme participación (tanto en número como en ilusión) por parte de los chavales, los verdaderos protagonistas de esta magnífica historia que avanza capítulo a capítulo.

El viernes por la tarde la expedición, dos furgonetas y un autobús repleto de chavales, salió rumbo a Salamanca. Tras llegar allí, nos instalamos en las clases del CJ Piza, el cual nos cedió amablemente sus magníficas instalaciones para nuestro disfrute a lo largo de este viaje. Un rato de tiempo libre en la increíble sala del Centro Juvenil (juegos de mesa, futbolín, ping-pong, sofás…) nos sirvió para abrir el apetito.

Después de una buena cena, llegó la actividad de la noche. Había que aprovechar todo el tiempo al máximo para disfrutar del viaje al completo. La sección de Chiqui se lo pasó en grande con el juego del mensajero en el precioso pabellón del colegio salmantino. Los mayores (Preas, Ados y Jóvenes) disfrutaron de muchos juegos populares muy variados, como balón sentado, muralla china o bomba para descargar la adrenalina acumulada en el trayecto.

Tras unas bonitas palabras de reflexión de Jaime a modo de Buenas Noches, el primero de estos tres días de aventuras llegó a su fin. Nos retiramos a dormir a las clases para coger fuerzas para lo que estaba por venir. El sábado fue un día completísimo, cargado de emociones, actividades y buen ambiente. Comenzamos con unos Buenos Días que consistieron en una dinámica muy chula, en la que cada una de las personas del viaje obtenía un papelito con el nombre de otro, y debía preocuparse de él o ella todo el día a modo de amigo invisible.

Después, tocaba ponerse en marcha para visitar Salamanca y conocer todo sobre esta fascinante ciudad con juegos y visitas. Nos desplazamos todos hasta la zona de la Plaza Mayor y la Catedral. Así, disfrutamos de sendas gymkanas en las que pudimos hacer juegos muy chulos mientras conocíamos todos los entresijos de la ciudad (la rana de la fachada de la Universidad, el astronauta de la Catedral, el huerto de Calixto y Melibea…).

Por la mañana, además, la sección de Chiqui subió a la torre de la Catedral para disfrutar de las vistas, mientras que los mayores tuvieron un momento formativo sobre los cambios que hacemos en nuestra vida y sobre cómo aprovechamos nuestro tiempo, relacionado con la Cuaresma. El hecho de juntar a chicos de edades tan diferentes sirvió para generar sentimientos muy positivos y muy agradecidos.

Tras unos ricos macarrones para recobrar fuerzas, nos intercambiamos los papeles. Los mayores pudieron subir a disfrutar de las majestuosas vistas de la ciudad, mientras que el Chiqui se desplazó hasta el otro Centro Juvenil de Salamanca, Maux. Allí, nos unimos a este centro juvenil con mucho gusto, aceptando su invitación para participar en la actividad que habían preparado para los niños de su centro juvenil. La tarde, ambientada en Mario Bros, fue una manera de enriquecernos al conocer gente nueva y otras maneras de trabajar. Tras esta gran tarde, tocaba Eucaristía todos juntos ya en Piza (mayores y pequeños) para dar gracias por lo bien que había salido todo.

Después de una cena muy especial por parte del maravilloso equipo de Intendencia, la noche aseguraba alegría y buen ambiente. Las últimas horas en Salamanca prometían diversión hasta el último momento. Los mayores hicieron una serie de juegos muy interesantes, en los que nos reímos mucho y lo pasamos muy bien haciendo diferentes juegos de correr y de estar muy atentos y, sobre todo, de confiar los unos en los otros. Este es un valor muy importante para la edad que tienen estos chicos, donde el hecho de tener un grupo tan amplio no ha sido una dificultad sino una manera de aprender unos de otros, de servir de ejemplo y de sentir la responsabilidad.

La sección de Chiqui organizó una entretenida velada donde cada grupo debía crear una historia a partir de los personajes, objetos y lugares que les hubiera tocado anteriormente. Perdimos la vergüenza, nos reímos muchísimo y nos llevamos un recuerdo imborrable antes de cerrar el día con la dinámica de los amigos invisibles, contando qué habíamos hecho cada uno por nuestra persona asignada.

El domingo fue el día que daba fin a nuestra aventura. Lejos de ser un día triste de despedida y de recogida, aún nos quedaba disfrutar de las maravillas de Ávila. Nos levantamos y recogimos todo para marchar a Ávila, no sin antes agradecer una vez más a la comunidad salesiana de Piza el trato recibido y la disponibilidad mostrada, además de escuchar los Buenos Días preparados por los mayores.

Cuando llegamos a Ávila, pudimos visitar la muralla y recorrerla para disfrutar de las vistas de la ciudad. Una vez más, el tiempo y el clima nos respetaron, y aunque hacía algo de frío pudimos llevarnos un buen recuerdo de esta maravillosa ciudad para, después de tres intensos días, volver a Madrid con la sensación de haber hecho algo muy grande entre todos.

Esto no ha sido ni la mitad de la mitad de lo vivido en este viaje. Pese a ser solo tres días, lo hemos pasado en grande, y esperamos que se convierta en una preciosa y obligada tradición a la que no podremos faltar en los próximos años. La geografía española nos espera, y conocerla y descubrirla de la mano del Centro Juvenil es una experiencia muy recomendable.

Porque como dice una de nuestras canciones favoritas, “somos una familia”, y viajes como este lo demuestran. Gracias, una vez más, a los Centros Juveniles de Maux y Piza, especialmente a estos últimos, por ese espíritu de acogida que nos habéis demostrado. Gracias al equipo de intendencia y animadores, por estar siempre ahí, desinteresadamente, con una sonrisa siempre, y gracias a las familias y, por encima de todo, a los chicos y chicas de Chiqui, Preas, Ados y Jóvenes, los cuales convivieron de maravilla, por hacer de este Centro Juvenil el mejor lugar del mundo.

 

Viaje1 city 2

 

 

Viaje1 city 4

 

Viaje1 city 5

 

Viaje1 city 6