Ayer, el amanecer nos sorprendió atravesando la meseta castellana. Nuestra cita era en León para participar en la elaboración de los itinerarios pastorales, por un lado el celebrativo, y por otro el de oración e interioridad.

La acogida en la casa de León fue estupenda y rápidamente comenzamos el trabajo en los distintos grupos. Una sorpresa nos esperaba en el comedor de la comunidad. Sentado a la mesa, y con una chaqueta deportiva, luciendo el escudo de Ciudad de los Muchachos, estaba Aurelio, nuestro compañero, que se está recpuerando poco a poco por estas latitudes. Sus mejores recuerdos y sonrisa nos pidió enviar a todos.

Hoy continuamos trabajando en nuestros itinerarios para llevar a nuestras casas unas líneas de acción comunes para todas las presencias salesianas.