
Proyecto Educativo Pastoral Salesiano 2017-2024
Galería de imágenes

Mucha es la mies
«La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies». (Mateo 9, 37-38)

La imagen de hoy. Laura Quitana 2ºC
Comienzan los relojes a maquinar sus prisas;
y miramos el mundo.
Comienza un nuevo día.
Comienzan las preguntas, la intensidad, la vida;
se cruzan los horarios.
Qué red, qué algarabía.
Más tú, Señor ahora
eres calma infinita.
Todo el tiempo está en ti
como una gavilla.
Rezamos, te alabamos,
porque existes, avisas;
porque anoche en el aire
tus astros se movían.
Y ahora toda la luz
se posó en nuestra orilla.
Amén.

La imagen de hoy. Mateo 5,1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús al gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándoles:
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la Tierra.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán «los Hijos de Dios».
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Dichosos Nosotros que tenemos ante nosotros retos difíciles todos los días. Recordemos a D. Bosco que entregó su vida por los jóvenes siendo fiel al Evangelio de Jesús. Enarbolando la bandera de la alegría en su lucha por mejorar sus vidas.

La imagen de hoy
Quiero ser, mi Señor, en ti como el árbol plantado cerca del arroyo.
Tú has de ser, mi Señor, esa voz, con quien hable y medite día y noche.

La imagen de hoy
Tú, mi Pilar, sostén de mi vida, apoyo en mis dudas, luz de mi camino.
Tú, mi Pilar, transforma mi alma, trae paz, tráeme calma.
Espero en Ti…

La imagen de hoy
Por sus frutos los reconoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.
(Mateo 7)

La imagen de hoy
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como sanaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.
(Marcos 3)

La imagen de hoy
Madre, en el día de tu fiesta quiero decirte que te siento cerca, cuidando de nosotros. Como en las bodas de Caná, nos pones en las manos de tu Hijo Jesús.
Bendición de María Auxiliadora
Nuestro auxilio nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Bajo tu amparo nos refugiamos, Santa Madre de Dios, no desatiendas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todo peligro, oh, Virgen gloriosa y bendita.
María Auxilio de los cristianos. Ruega por nosotros.
Señor, escucha nuestra oración y llegue a ti nuestro clamor.
Dios todopoderoso y eterno, con la ayuda del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de María, la Virgen Madre, para ser digna morada de tu Hijo; al recordarla con alegría, líbranos por su intercesión de los males presentes y de la muerte eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
(Don Bosco)

La imagen de hoy
En aquella ocasión les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.
(Lucas 11)

La imagen de hoy
Padre quiero convertirme en pescador, como Pedro, con esa fuerza en mi corazón y con ese empuje que solo da el Espíritu Santo, y que me uses para ser un pescador, pero de hombres para tu Reino.
Y llevar el evangelio donde tu me digas, y predicarlo también cuando y donde tu me digas.

La imagen de hoy
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.
(Juan 15)

Las huellas ...
Una noche en sueños vi que con el Señor caminaba
junto a la orilla del mar bajo hermosa luna plateada.
Soñé que en los cielos veía toda mi vida representada
en celestiales escenas que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando,
mientras con el Señor íbamos cual amigos conversando.
Miré atento hacia atrás esas huellas reflejadas en el suelo,
pero algo extraño observé y me invadió gran desconsuelo.
Observé que algunas veces al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares veía solo un par de ellas.
Observaba también yo que aquel solo par de huellas,
se advertían mayormente en mis noches sin estrellas
en los días de mi vida llenos de angustias y tristeza,
cuando el alma necesita más del consuelo y fortaleza.
– Pregunté triste al Señor:
¿Señor, tú no has prometido que en horas de aflicción
estarías siempre a mi lado dando muestras de tu amor?
Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas,
cuando más aflige el dolor solo veo un par de huellas.
¿Dónde están las otras dos que indican tu compañía,
cuando las tempestades sin piedad azotan la vida mía?
– Y el Señor me contestó con ternura y compasión:
Escucha bien hijo mío, comprendo tu confusión,
Siempre te amé y te amaré y en tus horas de dolor
siempre a tu lado permanezco para mostrarte mi amor.
Mas si en ocasiones ves solo dos huellas al caminar
y no puedes ver las otras dos que se deberían reflejar,
es que en tu hora afligida cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en mis brazos.
(Anónimo)

La imagen de hoy
“Don Bosco, tenga la llave de mi corazón”. Así se dirigían a Don Bosco aquellos jóvenes curtidos en las calles del Turín del siglo XIX. En medio de tanta soledad y miseria, en medio de tanto vacío existencial, se podía encontrar un pequeño oasis en Valdocco. Aquel cura que se fiaba hasta del más pintado, podía ver cómo se rompían una y otra vez la rudeza y la hombría ante silenciosas muestras de cariño. Allí encontraban al cura, al maestro, al amigo y al padre que siempre necesitaban.
Cada joven se encierra en sí mismo hasta que le da la llave de la confianza de todo lo que lleva en su interior. Nos piden, también a nosotros, que seamos guardianes de su llave del corazón para que cuando sea necesario se done en su totalidad.
“Dame de esa agua viva que fluye por tu vida”.

La imagen de hoy
Construyó su Santuario como el cielo en lo alto,
como la tierra, que cimentó para siempre.
(Salmo 78)

La imagen de hoy
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”.
(Teresa de Calcuta)

La imagen de hoy
Después Jesús se apareció de nuevo a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se apareció así: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos. Les dice Simón Pedro: «Voy a pescar». Le responden: «Vamos contigo». Salieron, pues, y montaron en la barca; pero aquella noche no pescaron nada. Ya de mañana Jesús estaba en la playa; pero los discípulos no reconocieron que era Jesús. Les dice Jesús: «Muchachos, ¿tenéis algo de comer?» Ellos contestaron: «No». Les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron y no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo predilecto de Jesús dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír Pedro que era el Señor, se ciñó un blusón, pues no llevaba otra cosa, y se tiró al agua. Los demás discípulos se acercaron en el bote, arrastrando la red con los peces, pues no estaban lejos de la orilla, apenas doscientos codos. Cuando saltaron a tierra, ven unas brasas preparadas y encima pescado y pan. Les dice Jesús: «Ahora, traed algo de lo que habéis pescado». Pedro subió a la barca y arrastró hasta la playa la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aunque eran tantos, la red no se rompió. Les dice Jesús: «Venid a almorzar». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó pan y se lo repartió e hizo lo mismo con el pescado. Ésta fue la tercera aparición de Jesús, ya resucitado, a sus discípulos.
(Jn 21)

La imagen de hoy
Mirad: el arco de la vida traza
el iris sobre el campo que verdea.
Buscad vuestros amores, doncellitas,
donde brota la fuente de la piedra.
En donde el agua ríe y sueña y pasa,
allí el romance del amor se cuenta.
¿No han de mirar un día, en vuestros brazos,
atónitos, el sol de primavera,
ojos que vienen a la luz cerrados,
y que al partirse de la vida ciegan?
¿No beberán un día en vuestros senos
los que mañana labrarán la tierra?
¡Oh, celebrad este domingo claro,
madrecitas en flor, vuestras entrañas nuevas!
Gozad esta sonrisa de vuestra ruda madre.
Ya sus hermosos nidos habitan las cigüeñas,
y escriben en las torres sus blancos garabatos.
Como esmeraldas lucen los musgos de las peñas.
Entre los robles muerden
los negros toros la menuda hierba,
y el pastor que apacienta los merinos
su pardo sayo en la montaña deja.
(Antonio Machado)

La imagen de hoy
Creer en el Resucitado es resistirnos a aceptar que nuestra vida es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándonos en Jesús resucitado por Dios, intuimos, deseamos y creemos que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el anhelo de vida, de justicia y de paz que se encierra en el corazón de la Humanidad y en la creación entera.
Creer en el Resucitado es rebelarnos con todas nuestras fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños, que solo han conocido en esta vida miseria, humillación y sufrimientos, queden olvidados para siempre.
Creer en el Resucitado es confiar en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin podremos ver a los que vienen en pateras llegar a su verdadera patria.
Creer en el Resucitado es acercarnos con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, discapacitados físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión, cansadas de vivir y de luchar. Un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: “Entra para siempre en el gozo de tu Señor”.
Creer en el Resucitado es no resignarnos a que Dios sea para siempre un “Dios oculto” del que no podamos conocer su mirada, su ternura y sus abrazos. Lo encontraremos encarnado para siempre gloriosamente en Jesús.
Creer en el Resucitado es confiar en que nuestros esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no se perderán en el vacío. Un día feliz, los últimos serán los primeros y las prostitutas nos precederán en el Reino.
Creer en el Resucitado es saber que todo lo que aquí ha quedado a medias, lo que no ha podido ser, lo que hemos estropeado con nuestra torpeza o nuestro pecado, todo alcanzará en Dios su plenitud. Nada se perderá de lo que hemos vivido con amor o a lo que hemos renunciado por amor.
Creer en el Resucitado es esperar que las horas alegres y las experiencias amargas, las “huellas” que hemos dejado en las personas y en las cosas, lo que hemos construido o hemos disfrutado generosamente, quedará transfigurado. Ya no conoceremos la amistad que termina, la fiesta que se acaba ni la despedida que entristece. Dios será todo en todos.
Creer en el Resucitado es creer que un día escucharemos estas increíbles palabras que el libro del Apocalipsis pone en boca de Dios: “Yo soy el origen y el final de todo. Al que tenga sed, yo le daré gratis del manantial del agua de la vida”. Ya no habrá muerte ni habrá llanto, no habrá gritos ni fatigas porque todo eso habrá pasado.

La imagen de hoy
El Amor se hace servicio. El que es grande se hace pequeño. El que es el Señor se hace servidor.
Es hora de aprender el mensaje: «El que quiera ser grande, que se haga el servidor de todos».

La imagen de hoy
Madera que fue tronco vivo, fuerte árbol de ramas que dieron sombra y frutos.
Madera que tras ser cortada espera ser tallada para servir de asiento, figura o busto.
Madera que envejecerá viendo a otros crecer, madurar, ser más.
Señor, el Viernes Santo recordamos que diste tu vida para que nosotros pudiéramos tener la Vida que viene de Ti. Te dejaste golpear, escupir, tallar, atravesar… por mí. Enséñame, Señor, a dar mi vida, a regalarla a los demás.
Si el grano de trigo no muere en la tierra, no puede dar fruto. Pero si muere da mucho fruto. (Juan 12)

La imagen de hoy
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
(Salmo 138)

La imagen de hoy
Está enseñando a la gente desde la barca sentado
y cuando termina de hablar, a Simón dice pausado:
«Rema mar adentro y echa las redes a un lado».
Y le responde Simón, con tono de gran cansancio:
«Maestro, toda la noche, trabajando hemos estado,
y, aunque sabemos de pesca, nada hemos pescado.
Pero si tú nos lo pides, echaré la red al lago».
Y las redes se rompían de los peces que pescaron.

La imagen de hoy
Comeremos de los frutos de la tierra
y del agua que de arriba le cayó,
del trabajo del labriego y su cansancio
y la gente que con gozo preparó.
Gracias a los hombres y al calor del sol,
al agua y la tierra que fue quien lo dio.
Que haya buen provecho de lo que se nos dio,
y recordemos siempre al que no comió.

La imagen de hoy
Estar disponible… para que otros puedan ser más… aunque para eso haya que dejarse hacer, pintar, desgastar, ocupar…
Hoy es la fiesta de San José, quien, junto con María, dio un hogar a Jesús, el Hijo de Dios.
José fue un buen padre, silencioso ante el misterio que tomaba cuerpo. Pero tuvo que aprender a callar para poder escuchar (y aceptar…) el «extraño» plan que Dios le proponía.
Muchos han dicho que «sí» cuando han escuchado en su interior que Dios les proponía seguirle.
¿Y tú? ¿También estás disponible? ¿Estás dispuesto a abrir caminos nuevos en tu vida? Dirás…: «¿Y por qué sí?» O también: «¿Y por qué no…?»

La imagen de hoy
Algo que un niño no debe perder es la ilusión.
Algo que un joven nunca olvidará es el amor.
El amor del que siempre está alegre,
la ilusión de buscar y de dar,
de dar la vida por los amigos y eso es amar.
Cada día tiene su porqué, es el buscar.
Si no buscas ya tienes vejez y eso es fatal.
Sólo es joven quien vive luchando
por hacer otro mundo ideal:
que todos vivan por ese intento, ¡vamos a luchar!

La imagen de hoy
Llegan hasta mí momentos sin calma
que me hacen dudar de si mi camino
se orienta hacia Ti.
Comienza a faltar la paz en mi alma,
y sin esperarlo apareces Tú
haciéndome ver que nada he de temer.

La imagen de hoy
¡Si yo no pido tanto!
Amor es lo que pido […]
Un diminuto amor, pero constante,
que dé su mano al que su mano tienda […]
Algo de amor en esos corazones
que no aman a los niños.
(Miguel Hernández)
La Ciudad no necesita luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.
(Ap 21)

La imagen de hoy
En la oscuridad de la noche, que sea tu Palabra la que me ilumine, Señor.
«Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero». (Salmo 118)

La imagen de hoy
A veces me gusta pensar que hay cosas que no dependen de mis fallos, es decir que no le afectan. Cosas que están desde siempre y siempre estarán a pesar de los pesares. Me da tranquilidad, me permite relajarme. Cosas que con un poquito de atención y de cariño puedo apreciar.
Dios es eterno. ¡Feliz cuaresma!

La imagen de hoy
Muchos viven con la esperanza de que se puedan acortar distancias con los que estamos lejos de ellos. Pero… ¿queremos cruzar el puente que nos separa? Tantos nos necesitan… Tantos te necesitan…
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos»
(Lc 5)
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