Tiempo de Pascua. Tiempo de vida. Tiempo de nacer de nuevo. Tiempo de ser luz. Tiempo de dar, de transmitir vida. Tiempo de hacer caminos nuevos.
En este tiempo sentimos la llamada a navegar mar adentro, a lo profundo, al sentido de lo que somos, al sentido de lo que amamos.
Y recibimos a Don Bosco en nuestra tierra. El nos dio una misión, un campo que sembrar, un terreno en el que poner empeño para hacerlo dar frutos, un mar en el que lograr, siguiendo su mandato, una buena red llena de peces («echad ahora las redes»).
¡Bienvenido a nuestra tierra, Don Bosco!