El Centro Juvenil ha vuelto. Después de desearnos un feliz verano tras los campamentos, y de un mes de septiembre intenso de preparación, limpieza, organización, programación, trabajo duro y promoción de nuestras actividades de mil maneras (carteles, buenos días, yendo por las clases, estando presentes en las convivencias), ya estamos aquí de nuevo. Las puertas del patio se volvieron a abrir, y el patio se volvió a llenar de alegría a rebosar por todos lados.
Sí, porque la verdad es que ver el patio con tantos chicos y chicas de diferentes edades llena de satisfacción a todos, tanto a los animadores como a los propios participantes. Es lo bonito del ambiente salesiano, que pueda llegar a toda la gente posible, por lo que estamos muy agradecidos de que hayamos sido tantos este primer día y esperamos que sigamos disfrutando tanto en el centro a lo largo del año.
Aunque el día de la felicidad máxima fue el sábado, ya el viernes inauguramos el curso a lo grande con dos momentos muy importantes a la par que interesantes. El primero fue la oración que congregó a personas de todos los ambientes del colegio en la capilla, para pedir por el curso que ya ha comenzado y por los destinatarios, todos estos chavales que participan en nuestras actividades.
Además, el grupo de jóvenes se reunió para la primera toma de contacto de su grupo de fe, para ver cómo encaran el año que comienza. Es principio de curso, y es el momento de ver qué nos proponemos, cómo lo vamos a afrontar, si es tiempo de construir, de cambiar… Cada viernes se reúnen para seguir creciendo juntos.
El sábado fue el gran día. A las cuatro y media se abría el portón y comenzaban a llegar los chicos y chicas de todas las edades, tanto los más veteranos y las caras más conocidas, como aquellos que venían por primera vez. Después del clásico rato de acogida, en el que jugamos al fútbol, nos saludamos, saltamos a la comba y esperamos a que viniesen todos nuestros amigos, llegó el momento de dividirnos por secciones. Ahí se pudo comprobar que realmente seguimos haciendo historia: pudimos contar 80 niños de Chiqui (Primaria), 40 de Preas (1º y 2º de la ESO) y 20 de Ados y Jóvenes (de 3º en adelante). Una auténtica pasada.
La sección de Chiqui dedicó la tarde a que todos nos conociéramos. Como había muchas caras nuevas y era el primer día, las presentaciones eran algo muy importante. Primero hicimos unos juegos gigantes en el patio para romper el hielo, para después dividirnos por cursos en los grupos del momento formativo. Así, seguimos jugando para conocer a todos nuestros compañeros de viaje y a los animadores de cada grupo, para finalizar la tarde consiguiendo monedas en una serie de pruebas que nos permitirían demostrar cuánto nos conocemos en nuestro “quién es quién” gigante.
Los Preas, por su parte, disfrutaron de una magnífica tarde con ese buen ambiente que les caracteriza. Tantos días presentando el centro juvenil a los chicos de 1º y 2º de la ESO hicieron que el grupo fuese muy numeroso. Después de una ronda rápida de presentaciones, nos metimos de lleno en las aventuras de Harry Potter, de tal manera que fuimos eligiendo nuestra propia aventura para tratar de ser los mejores en el mundo mágico (lechuzas, varitas, escobas, pociones…). Un buen comienzo para esta sección que no deja de crecer en calidad y en cantidad cada día.
Por último, la gran sorpresa del día fue la numerosa presencia de chavales de Ados y Jóvenes. Después de un primer momento para reconocernos unos a otros de manera divertida, jugando a ordenarnos por diferentes criterios (edad, nombre, fecha de nacimiento, etc) pero subidos en sillas, tocaba hacer la dinámica de la enredadera para contar al grupo las motivaciones que traía cada uno. El gran juego final fue una contrarreloj por equipos, en la que después de varios circuitos y pruebas fuimos acumulando tiempo para encontrar el lema escondido: “la vida se disfruta mejor sin máscaras”.
Así fue el día, el primer gran día de este curso, que acabó, como no podía ser de otra manera, con la Eucaristía, celebrada en este caso por Arturo, con un gran ambiente en la capilla. El primer día lo hemos superado con nota, pero el camino es largo a la vez que apasionante. Nos vemos el próximo sábado, con nuevas propuestas y nuevas actividades para seguir haciendo feliz a los niños y jóvenes.