Celebramos hoy el día de Madre Mazzarello. Maín, como se le llamaba familiarmente, nació el 9 de mayo de 1837 en un pueblecito de Italia llamado Mornese, y desde muy pequeña demostró ser una persona que amó la vida hasta el fondo. Se sintió amada por Dios y quiso proclamarlo a todo el pueblo. Estaba atenta a todo lo que ocurría en su propio entorno y se entregaba a ayudar a todos los que lo necesitaban.
Cofundadora junto con Don Bosco de las Hijas de María Auxiliadora hoy la recordamos algunos rasgos de su historia.
San Juan Bosco y María Mazzarello tienen extraordinario parecido en el método que emplearon para salvar almas y en la clase de gentes a las cuales se dedicaron a educar. Y lo curioso es que en sus primeros 25 años María Mazzarello ignora totalmente quién es Don Bosco y qué es lo que hace ese gran apóstol, y Don Bosco no sabe absolutamente nada de esta santa mujer. Y sin embargo los dos emprenden obras de apostolado totalmente semejantes. El para los muchachos y ella para las niñas.Viajando en tren, se encontró el Padre Pestarino con San Juan Bosco y lo invitó a visitar al pueblo. En octubre de 1864, con ocasión del viaje anual de Don Bosco con sus muchachos a Génova en Liguria, pararon en su camino de regreso en Mornese. Don Bosco llegó con la banda del oratorio y otros noventa muchachos, recibiendo una muy cálida bienvenida.
Al día siguiente, el 8 de octubre de 1864, el Padre Pestarino le presentó a Don Bosco el grupo de muchachas que bajo su guía se habían dedicado a la oración y el apostolado. Allí conoció a Santa María Dominica Mazzarello.
En 1871 Don Bosco decide comenzar una congregación de religiosas para la educación cristiana de niñas.
Don Bosco le pidió al Padre Pestarino (quien para la fecha se había unido a los Salesianos) que buscara en Mornese las primeras vocaciones. Santa María Mazzarello y su grupo se declararon listas para «la obediencia y el sacrificio».